5 errores críticos en el currículum del traductor
En la anterior entrada del blog hablaba sobre los aspectos que me parecen más importantes a la hora de redactar el currículum de los traductores que ofrecen sus servicios, como autónomos, a empresas de traducción y localización.
Prometía en la misma entrada que complementaría el artículo con uno nuevo escrito desde una perspectiva, digamos, más negativa, donde explicaría ciertos aspectos que a veces encuentro en los CV que recibimos y que me hacen, si no descartarlo de inmediato, sí mirarlos desde una perspectiva tan negativa como poco halagüeña para el que lo envió.
Antes de nada, quiero volver a decir que tengo un respeto máximo por todo aquel que intenta abrirse paso en este mercado laboral convulso y difícil. Por eso, y aunque a veces me ocupa demasiado tiempo, no dejo nunca de prestar atención, de leer y, si es interesante, de anotar todos los currículum vitae que recibo, sin ninguna excepción. Pero cuando en estos CV encuentro cuestiones como las que voy a explicar a continuación, el candidato tiene muy pocas posibilidades, o ninguna, de llegar a trabajar con nosotros.
1.- No existe carta de presentación. Salvo una vez que nos lo trajeron en mano, todos los CV nos llegan a través del correo electrónico, y a veces sin ninguna carta de presentación. La verdad, recibir un correo que diga simplemente algo así como “A quien pueda interesar” con un adjunto que resulte ser el CV, no es, ni mucho menos, la mejor forma de “conocernos”.
2.- Faltas de ortografía, errores de gramática o mala redacción. Aquí no soy indulgente en absoluto: una sola falta de ortografía o de gramática, así como una mala redacción, implica que lo descarte inmediatamente. La herramienta principal del traductor es el idioma, y si en su carta de presentación o en su currículum no demuestra manejarlo correctamente, ¿merece la pena seguir “hablando”? En este apartado, hay que tener un cuidado especial con la puntuación, que es donde más errores suelo encontrarme. Soy consciente de que muchas veces se trata de una errata, pero eso indica que no se ha revisado lo suficiente.
3.- Bidireccionalidad de los idiomas en que se trabaja. Es frecuente recibir CV donde se asegura ser un experto traductor de una combinación de idiomas en cualquiera de sus direcciones (es decir, de inglés a español y de español a inglés, por ejemplo). Es evidente que para ser un buen profesional de la traducción hay que dominar, además de tu idioma materno, al menos otro, y que, por tanto, un buen traductor podría salir airoso traduciendo en ambas direcciones, pero… aquí no estamos hablando de salir airosos, estamos hablando de mucho más, de la máxima calidad posible, y eso solamente es posible si traduces a tu lengua materna. En 18 años de profesión, solamente me he encontrado el caso de una persona que era capaz de traducir con la calidad necesaria a un idioma que no era el suyo materno, y dudo que me encuentre muchos más. Igual que con el punto anterior, este tema es definitivo: si en el CV aparece esta bidireccionalidad, no sigo leyéndolo.
4.- Especialistas de… ¡todo! Uno de los aspectos en los que más incido es en la especialización de los traductores que trabajan conmigo. Aunque entre mis colaboradores habituales tengo varios de los llamados “generalistas”, es muy importante que cada uno trabaje solo dentro de su especialidad. Pero considero que no se puede ser experto de demasiados temas. Esto no quiere decir que seas capaz de traducir sobre distintas materias, por supuesto, pero no me cojas la lista de especialidades de Proz y me digas que eres experto en todas ellas: no me lo voy a creer. Suelo dudar de aquellos que me dicen que son especialistas y/o expertos en más de tres o cuatro materias como mucho.
5.- Gente muy experta sin ninguna referencia. Me cuesta creer que alguien que lleva muchos años en la profesión, que ha participado en proyectos importantes, que es un experto en ciertas materias… no tenga ninguna recomendación. Sí, ya lo sé, muchas veces terminamos un proyecto y no queremos molestar a nuestro cliente pidiéndole cartas de recomendación, y también los hay que aunque se las pidamos no nos las dan, pero si están contentos de verdad con nosotros y con nuestro trabajo, serán los menos. Tu perfil de Linkedin debería estar lleno de recomendaciones…
Los anteriores son los puntos críticos, los que habitualmente me hacen dejar de leer y descartar directamente el currículum; sin embargo, sin ser tan importantes, hay otras cuestiones que pueden poner muy difícil el que el CV llegue a buen puerto, aunque no son, ni mucho menos, definitivas para desestimarlo por completo. Algunos de estos puntos son los siguientes:
- Datos en el currículum que no son fáciles de contrastar.
- Ausencia de menciones (vínculos) a la presencia profesional y solo profesional en Internet del autor, sobretodo Linkedin.
- Ausencia de menciones al uso y tenencia de herramientas de traducción asistida.
- Ausencia de foto y/o de tarifas (sobre estos dos últimos temas hubo un debate muy interesante en los comentarios de mi anterior artículo)…
Vuelvo a decir que todo esto no es más que mi opinión personal y siempre desde el punto de vista de alguien que dirige una empresa dedicada a los servicios lingüísticos. Con el próximo artículo del blog terminaré esta trilogía dedicada al currículum vitae del traductor, dando algún consejo para hacer crecer el de los traductores noveles. ¡Ojalá os sea de utilidad!
Como siempre, cualquier comentario es bien recibido.
Estimado Ignacio:
Muchas gracias por compartir tus opiniones y sugerencias. Son siempre bien recibidas y nunca están de más.
Sigo tu blog desde hace poco tiempo y disfruto cada una de tus entradas.
Te mando un saludo
Alejandra Velazco
Muchas gracias Alejandra. Un saludo.
Buenas tardes, Ignacio.
He llegado a tu blog hace poco pero me parecen muy interesantes y útiles tus entradas. Se agradece que alguien nos hable desde el otro lado.
En mi caso, he tenido mala suerte porque diría que el 80% de los encargos que he recibido (que son pocos, por ahora) han sido para traducir de español a otras lenguas. Siempre lo he hecho como un favor (y con temas que sabía que podía afrontar) pero, la verdad sea dicha, no se disfruta igual porque estás en tensión constante y porque sabes que por mucho esfuerzo que pongas no vas a llegar al nivel de un nativo.
¿Qué opinas sobre esto? ¿Crees que deben aceptarse encargos de traducción inversa? ¿Crees que, si lo has hecho, debes incluirlo en el CV?
Por cierto, como dato curioso añado que hace poco me enteré de que en Polonia se exige que los traductores trabajen en ambas direcciones. Me sorprendió muchísimo.
Un saludo,
Elena.
Buana tardes Elena. Antes de nada, ¡bienvenida al blog!
Yo creo que cuando uno está empezando a desarrollar su profesión, desgraciadamente se ve obligado a aceptar muchos trabajos que cuando ya tienes un nombre y una cartera de clientes, puedes rechazar sin problemas. Si te piden traducciones inversas, y encima las haces un poco como favor, pues me parece genial. Pero una cosa es que te lo pidan, y otra es que tú las ofrezcas. Yo me refería más bien a los que te envían el CV diciendo: soy de Valladolid, y soy traductor de español a inglés y de inglés a español. Eso es lo que no me gusta, me da aspecto de poco profesional y de precuparse poco por la calidad. Pero si a ti te lo piden como favor y crees que puedes hacerlo, adelante. Si crees que es un proyecto que puede ser interesante para el CV, inclúyelo, pero o bien no digas que era traducción inversa, o bien explica bien por qué lo hiciste.
Espero haberte respondido.
Un abrazo,
Ignacio
P.D. No sabía lo de los polacos ;-)