El currículum del traductor
Isabel García Cutillas, autora de uno de los blogs de traducción que sigo asiduamente, El traductor en la sombra, escribía un post en el que, aprovechando que estamos en junio y que una nueva promoción de graduados en traducción e interpretación se asoma al mercado laboral, intentaba darles algunas directrices para que tuvieran éxito en la búsqueda de sus primeros contactos profesionales. Este artículo me llevó a otro blog que no conocía pero que ya está añadido a mi lector de RSS: Traducir & Co, de Merche García Lledó. El artículo que enlazaba el primer blog hablaba sobre cómo debían hacer el currículum estos nuevos graduados.
Además de dar su opinión sobre los distintos componentes del currículum, Merche incluía algunos enlaces sobre el mismo tema. Estos enlaces eran muy interesantes, pero todos tenían el mismo denominador común: estaban escritos por traductores, por aquellos que redactarían y enviarían su currículum para encontrar trabajo o para encontrar nuevos clientes.
Así que pensé que sería buena idea, y quizás aportaría mi granito de arena a los nuevos graduados (o a alguno no tan nuevo) si escribía un post parecido al de Isabel o al de Merche, pero ahora desde el punto de vista del empresario, de aquel que recibe los currículum vitae que los traductores escriben. Además, este era un tema que me estaba rondando la cabeza desde hace algún tiempo, ya que desde que comenzamos nuestra andadura, todos los días recibimos varios currículum vitae, por lo que tengo cierta visión global de la forma en que se suelen escribir.
Por supuesto que lo que diré a continuación no es otra cosa que mi opinión personal, y por tanto puede estar equivocada.
1.- La carta de presentación. A veces me he encontrado cartas de presentación que vienen como archivo adjunto al mail. Si estás enviando el currículum por mail, ¿por qué envías la carta de presentación como adjunto, obligando al receptor a hacer clic en el archivo para leerlo? Si lo mandaras por correo ordinario, seguro que no enviarías dos sobres (uno para la carta y otro para el currículum) dentro de uno mayor, ¿verdad? Pues algo parecido hace el que manda la carta de presentación como un adjunto. La carta debe ir escrita en el mail para que al abrirlo no tenga más remedio que leerla y para que cumpla con la labor de una carta de presentación: presentar al que envía el mensaje. Además, esta carta debe ser breve y concisa, educada y ¡con una gramática y una ortografía perfectas! Si encuentro un error, por mínimo que sea, en la carta de presentación, ni siquiera abro el CV, y es lamentable pero esto ocurre demasiadas veces. Creo que en la carta no deben faltar dos de los puntos clave de tu currículum: las combinaciones de idiomas en que trabajas y tu especialidad principal.
2.- El diseño. Es un poco absurdo que tres de los cinco CV que he recibido hoy tengan exactamente el mismo diseño, que no es otro que el de la plantilla de los currículum vítae europeos que puedes descargarte de Internet. La verdad, cuando recibes tantos diariamente, se agradece un poco ver que “te lo has currado”, que demuestres que estás intentando agradar, no haciendo una especie de “spam” de CV. El ejemplo del currículum de Merche está muy bien: un CV claro, bonito y… ¡¡distinto!! Merche reconoce que le ha llevado mucho trabajo, pero por supuesto ha conseguido lo que quería: destacar, que su CV sea completamente distinto. Os aseguro que solo por el diseño, te sientes mucho más proclive a estudiarlo con detenimiento. Eso sí, aquí hay que tener cuidado y no confundir lo distinto con, digamos, lo hortera, que de todo hay.
3.- La foto. ¿Se debe o no incluir? Rotundamente sí. Del mismo modo que si te pido que vengas para hacerte una entrevista vas a venir con la cara descubierta, en el currículum debes incluir tu foto. Quiero saber cómo es la persona con la que estoy “hablando”, ponerle cara. Pero por favor, que la foto “diga” algo; no incluyas la que te hiciste para el DNI… pero tampoco la de las últimas vacaciones… Ah, ¡y sonríe!
4.- ¿A qué te dedicas? Inmediatamente después del nombre y al lado de la foto, pon lo que haces: Traductor de inglés a español, Traductor jurado de suajili a birmano… No me hagas perder el tiempo hasta que me entere…
5.- Especialidad. Muy bien, me ha quedado clarísimo cómo te llamas, qué aspecto tienes, a qué te dedicas y en qué idiomas trabajas. Pero, ¿cuál es tu especialidad? Sé que hay empresas que a esto no le dan mucha importancia, pero al menos en la mía, la especialidad de cada traductor es esencial, porque para nosotros la calidad es lo primero y por eso buscamos traductores expertos. Normalmente tus campos de especialidad serán varios, pero intenta resaltar aquel (o aquellos) en el que realmente te sientas a gusto: “Mi especialidad principal son los textos jurídicos y legales, pero también poseo la suficiente experiencia en los campos de …”
6.- Forma de contacto. Al principio, y clarísimo. Si me mandas un currículum es porque quieres que contacte contigo, ¿verdad? Pues pónmelo fácil, que no tenga que rebuscar a ver si encuentro tus datos de contacto. De hecho, deberían ir al principio, justo después de donde dices a qué te dedicas. Un dato que me parece muy importante es que tengas una cuenta de Skype ya que a veces la comunicación más rápida es a través de su función de chat, y la posibilidad de tenerte al otro lado cuando estamos trabajando en un proyecto, puede ser algo muy interesante.
7.- ¿Qué pongo antes, los estudios o la experiencia? Aquí yo creo que depende de lo que tengas más brillante, poniendo primero lo que más pueda impresionarme, o lo que pueda confirmar mejor tu especialidad. Si eres especialista en traducir textos jurídicos porque eres abogado, ponlo al principio; si tu titulación es más “normal” y no te va a hacer destacar, pero tienes una tremenda experiencia porque has estado traduciendo varios años en el mejor despacho de abogados de España, pon esto al principio. Intenta ser muy escueto en este apartado, pero tan escueto como claro, que no queden dudas de lo que has hecho.
8.- Tarifas. ¿Las pongo o no? ¡El eterno tema de discusión! Yo soy de la opinión de que hay que ponerlas. De hecho, no suelo contactar con aquellos que no las incluyen, salvo en raras ocasiones. ¿Por qué? Pues primero porque la impresión que me da es que si no pones las tarifas es porque eres muy caro; segundo, porque siempre trabajamos con unos presupuestos determinados, por lo que si tus tarifas están muy por encima de ese presupuesto, evitaremos perder el tiempo los dos (yo llamando y tú respondiendo). Y por último, porque las tarifas hablan mucho de ti, de tu experiencia, de si estás o no en precio de mercado… Y que no se te olvide poner que son “negociables” ;-) De todas formas, y pese a poner las tarifas, probablemente te encuentres más de una llamada intentando negociarlas a la baja . Eso ya depende un poco de cada empresa: yo no negocio nunca las tarifas, mi respeto al traductor es máximo, y creo que cada uno pone las tarifas que considera que son las justas para él mismo: y yo no soy nadie para decirte lo que debes cobrar. Salvo con traductores con los que tenemos una relación de mucho tiempo y en momentos y proyectos muy concretos, no intento rebajar tarifas, ni pedir descuentos, ni nada similar; esto no es el Rastro, es una relación comercial al más alto nivel… Intenta desglosar las tarifas, cuanto más desglosadas más sensación de profesionalidad y más claridad para tu destinatario.
9.- Referencias. No me gusta nada cuando encuentro esta frase en un currículum: “referencias bajo petición”. ¿Por qué no las incluyes directamente, por qué tengo que pedírtelas? Si no quieres hacer un currículum demasiado largo, créate un perfil en algún sitio de la red (tu sitio web, to blog o Linkedin) donde puedas poner todas las referencias que te hayan podido dar y añade en el curículum un vínculo a dicho sitio.
10.- Otra información. A mí, personalmente, la información del tipo aficiones no me aporta mucho. Me da un poco lo mismo si te gusta el cine, el surf o pasear con tus amigos por la montaña. Pero si tienes algún blog y, sobre todo, si tienes perfiles profesionales (¡profesionales!) en redes sociales, sitios web, proz, etcétera, incluye sus vínculos aquí. Por cierto, creo que lo primero que debería hacer alguien que quiera ser traductor autónomo es crear su perfil en Linkedin.
11.- Longitud. Sí, te aseguro que en un currículum el tamaño importa y mucho, y cuando recibo un currículum de 5 páginas no lo leeré entero salvo raras excepciones. Para evitar esto, hay una solución que me parece realmente interesante: crea un currículum con la información imprescindible de una sola página, y dirige a la persona que lo lea a Internet: tu sitio web, la página ”Sobre el autor” de tu blog, tu perfil de proz, de Linkedin, de About me… De esta forma, con tu currículum breve pero impactante harás que te tenga en cuenta, y para terminar el proceso de selección antes de llamarte, si me interesa saber más de ti, podré acceder a toda la información gracias a tu presencia en Internet.
Como dije al principio, esta no es más que mi opinión personal, y es probable que otra persona en mis mismas circunstancias diga justo lo contrario, pero sea como fuere, ojalá te ayude algo. Siento que me haya salido un artículo tan largo, pero me parece que el tema lo requería. El próximo post del blog complementará este artículo, ya que explicaré cuáles son los factores que me hacen no tomar en consideración un currículum determinado.
Me encantaría ver tus comentarios sobre este tema.
Ignacio, buenísima esta entrada.
Creo que aún hoy, más que nada nosotros los nuevos, no sabemos qué debe de tener un cv de traductor y lo has dicho todo.
¡Gracias!
Muchas gracias por tu comentario, Flor. Me alegro un montón si os sirve de algo.
Excelente descripción. Realmente pienso igual. si bien no me estoy dedicando a la traducción actualmente, estoy realizando estudios en redacción de CVs (soy traductora ing/esp, y tec en ceremonial y protocolo).
El CV del traductor siempre fue un dilema. Nadie te enseña cómo hacerlo. Si accedés a una capacitación de búsqueda laboral, quizás puedan brindarte orientación general pero no específica a tu área. Muchos creen que los CVs son iguales para cualquier trabajo que te postules y no es así. Si tenés un perfil para diferentes tipos de trabajos según tus estudios y experiencia, debes adaptar el CV a ellos.
Realmente, te felicito por la nota.
Saludos, Mariana
Muchas gracias, Mariana. Yo también estoy de acuerdo con lo que dices.
¡Muchas gracias! Muy útil tu entrada, Ignacio.
Muy buena entrada, Ignacio. Es muy importante ver las dos
caras de cualquier proyecto, y es verdad que el tema del CV para
traductores está tratado casi siempre por traductores y no es muy
fácil encontrar información sobre lo que realmente buscan las
empresas.
Muy pertinente aportar el punto de vista de quien recibe los C.V, Nacho, se agradece mucho la iniciativa. Precisamente he estado buscando hace poco recomendaciones sobre cómo redactar una buena carta de presentación y las más útiles que he encontrado eran todas de responsables de RR. HH.
Sólo quería hacer dos comentarios. El primero es que he observado que, gracias a las redes sociales, hay quien empieza a primar el perfil sobre el C.V, lo cual tiene bastante lógica; incluso he llegado a leer, en lo que a traductores se refiere, que se recomienda enviar el C.V. para solictar un puesto de empleaso y el perfil para ofrecerte como colaborador. Yo pienso que el C.V. es una buena transición hacia el perfil.
El segundo comentario se refiere a la foto y las tarifas: supongo que para los recién licenciados de veintipocos años es buena idea incluirla; para los que ya doblamos esa edad, no estoy tan segura; si pongo una foto de hace 10 años o me pinto como una puerta para parecer “presentable”, estoy falseando la realidad (que es lo último que se debe hacer en un C.V.); si incluyo una con la cara “lavá”, creo que, inconscientemente, quien lea mi currículum va a sentir rechazo por mis canas demás signos de la edad (de los que por otra parte no me avergüenzo, pero se trata de no causar mala impresión de entrada). Así que, definitivamente, no la incluyo. Prefiero decir ese “algo”, reflejar mi personalidad con el diseño (por cierto, espero que el de mi C.V. no fuera uno de los que te parecen horteras ;-)).
En cuanto a las tarifas, estoy de acuerdo contigo en que ahorra tiempo a ambas partes dejar las cosas claras desde el principio, y es relativamente sencillo en el ámbito de las agencias. Sin embargo no es tan sencillo si se busca trabajo editorial o con clientes directos, las formas de fijar la tarifa en estos casos implica otros factores. Así que como mi C.V. abarca todos los ámbitos (agencias, clientes directos, editoriales) he preferido no incluirlas para evitar confusiones. Aunque gracias a tus observaciones me lo voy a replantear…
Un beso y gracias por seguir aportándonos información tan útil y sincera.
Muchas gracias por tu comentario, Amaya. Respecto a lo que dices sobre la fotografía y las tarifas, ya avisé en el artículo que esto no era más que mi opinión personal, y que estoy seguro que otros que reciban CV actuarán de otra forma. Respecto a lo que dices de la foto, no se trata de salir muy guapo, aparentar otra edad o algo similar. De hecho opino que las palabras aparentar y currículum no deberían ir nunca juntos. A lo mejor me da mejor impresión una foto de alguien con muchas canas, que la de alguien demasiado joven: la experencia es un grado, y creo que todos nosotros sabemos reconocerlo. En la foto del CV no me fijo en la belleza, sería absurdo, y no creo hacerlo ni siquiera inconscientemente, pero el hecho de ver la foto me hace sentir que estoy “hablando” con alguien, no con algo. Quizás es una manía mía, pero me pasa también, por ejemplo, con Twitter, que sin darme cuenta hago mucho más caso a los tuits de las cuentas que tienen foto personal que a las que salen con logotipos o similares. Pero insisto, es mi opinión, probablemente equivocada.
Respecto a lo de las tarifas, estoy de acuerdo contigo, pero yo dirijo una agencia y estaba pensando solo en agencias. Quizás lo mejor es tener más de una versión del CV, y dependiendo a quién se mande, incluís o no las tarifas. No sé, cada uno que piense en pros y contras…
Por cierto, tu CV no era para nada hortera ;-)
A ver, tu opinión NO está equivocada, es TU opinión, perfectamente argumentada y fundada; y de hecho, lo de tener la cara de alguien delante para “dialogar” me parece un argumento muy interesante que ni se me había ocurrido. A lo mejor soy yo la que inconscientemente se busca argumentos para no poner foto (lo mío es el colorín) porque no me veo tan bien como hace 20 años :-).
He estado madurando lo de las tarifas; no voy a hacer un CV para cada perfil laboral, porque mis facetas laborales son indisolubles y se completan y enriquecen entre sí; es uno de mis puntos fuertes y no voy a prescindir de él.
Pero gracias a tus reflexiones, a las de Merche y a las de otros “comentaristas”, sí voy a incluirlas en la carta de presentación; mejor dicho, en las cartas de presentación, porque voy a hacer varios modelos; no solo un modelo para cada tipo de cliente, sino para cada tipo de mercado. Porque no se puede ofrecer la misma tarifa a una agencia de la India que a una de Suecia (aún tengo reciente un interesantísimo debate sobre este tema que mantuvieron hace poco varios colegas en un foro profesional).
Gracias a todos por las ideas; espero haber aportado algo yo también.
Completamente de acuerdo, Amaya ;-)
¡Hola, Ignacio! Antes que nada, gracias por mencionarme, me
alegro de que el mío sea un buen CV bajo tu punto de vista (al
menos, en el diseño, jeje). Me ha parecido curioso lo de que si no
incluimos tarifas no te molestas en contestar asumiendo una serie
de supuestos. Creo que el hecho de no ponerlas no es tanto porque
sean “caras” y el que lo lea se escandalice sino porque es difícil
de explicar que depende. ¿Sería una buena opción decir que no bajas
de X? Por ejemplo, si alguien dice “mi tarifa es 0,06″, quizá
quiera decir que ese es su mínimo, lo cual no implica que eso es lo
que le interese cobrar. En cuanto al tema perfiles, me preguntaba
si, cuando recibes un CV, escribes su nombre en Google para ver qué
aparece o solamente recurres a buscar sus redes si las incluye.
Bueno, eso es todo. Es muy interesante ver la opinión “del
contrario” (ahora, después de leerte, ya entiendo lo de
“contrario”, jeje) Saludos
Gracias por tu comentario Merche. Quizás he sido un poco categórico al decir lo de las tarifas. Pero mira, recibo todos los días varios CV, y la gran mayoría son muy parecidos, tanto en continente como en contenido. Si uno incluye tarifas que están dentro de lo que busco y el otro no, pues me voy directamente al primero. Probablemente no sea muy justo, pero voy más a lo seguro. Por supuesto, si un CV me impresiona, si veo que es de alguien “súper especialista” en el tema que busco… entonces claro que llamo y me intereso, pero si dos CV son muy parecidos y uno tiene tarifas y el otro no, iré siempre al primero, aunque sea por comodidad y ahorro de tiempo.
Respecto a lo de las redes sociales, no, nunca he buscado en Google. Alguna vez sí he buscado en Linkedin, pero nada más, ni siquiera en Facebook o Twitter. Ahora bien, si un CV me interesa y pone vínculos a sus perfiles por Internet, entonces sí miro.
Un saludo y seguimos viéndonos por las redes ;-)
Excelente entrada Ignacio, muchas gracias por la información, soy estudiante de Traducción e Interpretación de la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL y me sirve mucho tal información
¡Gracias Alexia! No sabes cómo me gusta ver que mis artículos puedan serviros.
Gracias Ignacio por la nota, ¡está llena de consejos! Es interesante porque lo que cuentas parece una descripción del proceso mental (casi inconsciente) que ocurre en quienes reciben nuestros CV a diario. Yo no incluyo las tarifas por miedo a que sea motivo de rechazo, pero ahora que explicas cómo entre uno que las incluye y uno que no, te quedas con el que las incluye, creo que lo voy a cambiar… al menos cuando lo dirija a alguna agencia. Gracias nuevamente ;)
Gracias a ti, Daniela. Quizás el quid de la cuestión está en esto que dices: “una descripción del proceso mental (casi inconsciente) que ocurre en quienes reciben nuestros CV a diario”
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Muchas gracias por la entrada, Ignacio. Como muy bien has comentado en el inicio del post, nunca está de más tener la opinión de aquellos que os encontráis al otro lado del río.
El tema de las cartas de presentación (si mandarlas dentro del correo o en un documento a parte) también me ha hecho reflexionar, pues normalmente no suelo ponerlo en el cuerpo del correo, a petición de la empresa. Normalmente, cuando haces una solicitud suelen pedirte el CV + cover letter, y se da por supuesto que eso sea un archivo PDF diferente. Quizás depende bastante de la empresa o agencia, pero lo tendré en cuenta en futuros correos con agencias de traducción.
Un saludo y sigue así. :-)
Muchas gracias por tu comentario y ánimos, Paula.
Yo me refería más bien a cuando envçias un CV sin ser respuesta a un anuncio previo de la agencia. Si estás respondiendo a un anuncio, entonces tendrás que seguir las instruccines que te den, pero nunca dejes el mensaje del correo vacío…
Un saludo.
Desde que empecé a enviar CV, muchos destinatarios me han
contestado para confirmar que lo han recibido, que lo tendrán en
cuenta, etc. Es algo que siempre se agradece y que reconforta, pero
no garantiza los encargos. Pero ayer mismo me llamó una agencia con
la que no había trabajado nunca y a la que había enviado mi CV hace
unos meses. A pesar de no llevar foto ;-) se lo habían leído, lo
habían archivado y habían tirado de él para hacerme una oferta
concreta, supongo que porque les habría convencido: exactamente
como indica Ignacio en esta entrada. Me hizo especial ilusión
porque hasta ahora sólo he trabajado con empresas en las que ya
tenía contactos anteriores, más o menos directos (la importancia de
tener una buena red de contactos daría para otra entrada). Soy
consciente de que el verano es una época difícil para agencias y
similares, porque se les van de vacaciones muchos proveedores
habituales y tienen que buscar alternativas. Pero por eso mismo es
también una gran oportunidad para los que nos “quedamos de
guardia”, un momento especialmente propicio para recoger el fruto
de los CV que hemos sembrado cuidadosamente; y si somos buenos
profesionales y respondemos a las expectativas que en él hemos
generado, podemos conseguir que un encargo inicialmente ocasional
se convierta en una relación duradera y fructífera para ambas
partes. Lo sé, conozco casos reales :-) El final de mi historia es
que no pude aceptar el encargo porque, afortunadamente, este verano
no me falta trabajo. Pero aproveché para entablar una amena
conversación y comentar detalles del CV que a la agencia le
interesaba completar para posibles encargos futuros. Y la moraleja
es que crear un buen CV y enviarlo con criterio, no es una pérdida
de tiempo, es una inversión.
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