El currículum del traductor

12/06/2013 a las 11:36

currículum vitaeIsabel García Cutillas, autora de uno de los blogs de traducción que sigo asiduamente, El traductor en la sombra, escribía un post en el que, aprovechando que estamos en junio y que una nueva promoción de graduados en traducción e interpretación se asoma al mercado laboral, intentaba darles algunas directrices para que tuvieran éxito en la búsqueda de sus primeros contactos profesionales. Este artículo me llevó a otro blog que no conocía pero que ya está añadido a mi lector de RSS: Traducir & Co, de Merche García Lledó. El artículo que enlazaba el primer blog hablaba sobre cómo debían hacer el currículum estos nuevos graduados.

Además de dar su opinión sobre los distintos componentes del currículum, Merche incluía algunos enlaces sobre el mismo tema. Estos enlaces eran muy interesantes, pero todos tenían el mismo denominador común: estaban escritos por traductores, por aquellos que redactarían y enviarían su currículum para encontrar trabajo o para encontrar nuevos clientes.

Así que pensé que sería buena idea, y quizás aportaría mi granito de arena a los nuevos graduados (o a alguno no tan nuevo) si escribía un post parecido al de Isabel o al de Merche, pero ahora desde el punto de vista del empresario, de aquel que recibe los currículum vitae que los traductores escriben. Además, este era un tema que me estaba rondando la cabeza desde hace algún tiempo, ya que desde que comenzamos nuestra andadura, todos los días recibimos varios currículum vitae, por lo que tengo cierta visión global de la forma en que se suelen escribir.

Por supuesto que lo que diré a continuación no es otra cosa que mi opinión personal, y por tanto puede estar equivocada.

1.- La carta de presentación. A veces me he encontrado cartas de presentación que vienen como archivo adjunto al mail. Si estás enviando el currículum por mail, ¿por qué envías la carta de presentación como adjunto, obligando al receptor a hacer clic en el archivo para leerlo? Si lo mandaras por correo ordinario, seguro que no enviarías dos sobres (uno para la carta y otro para el currículum) dentro de uno mayor, ¿verdad? Pues algo parecido hace el que manda la carta de presentación como un adjunto. La carta debe ir escrita en el mail  para que al abrirlo no tenga más remedio que leerla y para que cumpla con la labor de una carta de presentación: presentar al que envía el mensaje. Además, esta carta debe ser breve y concisa, educada y ¡con una gramática y una ortografía perfectas! Si encuentro un error, por mínimo que sea, en la carta de presentación, ni siquiera abro el CV, y es lamentable pero esto ocurre demasiadas veces. Creo que en la carta no deben faltar dos de los puntos clave de tu currículum: las combinaciones de idiomas en que trabajas y tu especialidad principal.

2.- El diseño. Es un poco absurdo que tres de los cinco CV que he recibido hoy tengan exactamente el mismo diseño, que no es otro que el de la plantilla de los currículum vítae europeos que puedes descargarte de Internet. La verdad, cuando recibes tantos diariamente, se agradece un poco ver que “te lo has currado”, que demuestres que estás intentando agradar, no haciendo una especie de “spam” de CV. El ejemplo del currículum de Merche está muy bien: un CV claro, bonito y… ¡¡distinto!!  Merche reconoce que le ha llevado mucho trabajo, pero por supuesto ha conseguido lo que quería: destacar, que su CV sea completamente distinto. Os aseguro que solo por el diseño, te sientes mucho más proclive a estudiarlo con detenimiento. Eso sí, aquí hay que tener cuidado y no confundir lo distinto con, digamos, lo hortera, que de todo hay.

3.- La foto. ¿Se debe o no incluir? Rotundamente sí. Del mismo modo que si te pido que vengas para hacerte una entrevista vas a venir con la cara descubierta, en el currículum debes incluir tu foto. Quiero saber cómo es la persona con la que estoy “hablando”, ponerle cara. Pero por favor, que la foto “diga” algo; no incluyas la que te hiciste para el DNI… pero tampoco la de las últimas vacaciones… Ah, ¡y sonríe!

4.- ¿A qué te dedicas? Inmediatamente después del nombre y al lado de la foto, pon lo que haces: Traductor de inglés a español, Traductor jurado de suajili a birmano… No me hagas perder el tiempo hasta que me entere…

5.- Especialidad. Muy bien, me ha quedado clarísimo cómo te llamas, qué aspecto tienes, a qué te dedicas y en qué idiomas trabajas. Pero, ¿cuál es tu especialidad? Sé que hay empresas que a esto no le dan mucha importancia, pero al menos en la mía, la especialidad de cada traductor es esencial, porque para nosotros la calidad es lo primero y por eso buscamos traductores expertos. Normalmente tus campos de especialidad serán varios, pero intenta resaltar aquel (o aquellos) en el que realmente te sientas a gusto: “Mi especialidad principal son los textos jurídicos y legales, pero también poseo la suficiente experiencia en los campos de …”

6.- Forma de contacto. Al principio, y clarísimo. Si me mandas un currículum es porque quieres que contacte contigo, ¿verdad? Pues pónmelo fácil, que no tenga que rebuscar a ver si encuentro tus datos de contacto. De hecho, deberían ir al principio, justo después de donde dices a qué te dedicas. Un dato que me parece muy importante es que tengas una cuenta de Skype ya que a veces la comunicación más rápida es a través de su función de chat, y la posibilidad de tenerte al otro lado cuando estamos trabajando en un proyecto, puede ser algo muy interesante.

7.- ¿Qué pongo antes, los estudios o la experiencia? Aquí yo creo que depende de lo que tengas más brillante, poniendo primero lo que más pueda impresionarme, o lo que pueda confirmar mejor tu especialidad. Si eres especialista en traducir textos jurídicos porque eres abogado, ponlo al principio; si tu titulación es más “normal” y no te va a hacer destacar, pero tienes una tremenda experiencia porque has estado traduciendo varios años en el mejor despacho de abogados de España, pon esto al principio. Intenta ser muy escueto en este apartado, pero tan escueto como claro, que no queden dudas de lo que has hecho.

8.- Tarifas. ¿Las pongo o no? ¡El eterno tema de discusión! Yo soy de la opinión de que hay que ponerlas. De hecho, no suelo contactar con aquellos que no las incluyen, salvo en raras ocasiones. ¿Por qué? Pues primero porque la impresión que me da es que si no pones las tarifas es porque eres muy caro; segundo, porque siempre trabajamos con unos presupuestos determinados, por lo que si tus tarifas están muy por encima de ese presupuesto, evitaremos perder el tiempo los dos (yo llamando y tú respondiendo). Y por último, porque las tarifas hablan mucho de ti, de tu experiencia, de si estás o no en precio de mercado… Y que no se te olvide poner que son “negociables” ;-) De todas formas, y pese a poner las tarifas, probablemente te encuentres más de una llamada intentando negociarlas a la baja . Eso ya depende un poco de cada empresa: yo no negocio nunca las tarifas, mi respeto al traductor es máximo, y creo que cada uno pone las tarifas que considera que son las justas para él mismo: y yo no soy nadie para decirte lo que debes cobrar. Salvo con traductores con los que tenemos una relación de mucho tiempo y en momentos y proyectos muy concretos, no intento rebajar tarifas, ni pedir descuentos, ni nada similar; esto no es el Rastro, es una relación comercial al más alto nivel… Intenta desglosar las tarifas, cuanto más desglosadas más sensación de profesionalidad y más claridad para tu destinatario.

9.- Referencias. No me gusta nada cuando encuentro esta frase en un currículum: “referencias bajo petición”. ¿Por qué no las incluyes directamente, por qué tengo que pedírtelas? Si no quieres hacer un currículum demasiado largo, créate un perfil en algún sitio de la red (tu sitio web, to blog o Linkedin) donde puedas poner todas las referencias que te hayan podido dar y añade en el curículum un vínculo a dicho sitio.

10.- Otra información. A mí, personalmente, la información del tipo aficiones no me aporta mucho. Me da un poco lo mismo si te gusta el cine, el surf o pasear con tus amigos por la montaña. Pero si tienes algún blog y, sobre todo, si tienes perfiles profesionales (¡profesionales!) en redes sociales, sitios web, proz, etcétera, incluye sus vínculos aquí. Por cierto, creo que lo primero que debería hacer alguien que quiera ser traductor autónomo es crear su perfil en Linkedin.

11.- Longitud. Sí, te aseguro que en un currículum el tamaño importa y mucho, y cuando recibo un currículum de 5 páginas no lo leeré entero salvo raras excepciones. Para evitar esto, hay una solución que me parece realmente interesante: crea un currículum con la información imprescindible de una sola página, y dirige a la persona que lo lea a Internet: tu sitio web, la página  ”Sobre el autor” de tu blog, tu perfil de proz, de Linkedin, de About me… De esta forma, con tu currículum breve pero impactante harás que te tenga en cuenta, y para terminar el proceso de selección antes de llamarte, si me interesa saber más de ti, podré acceder a toda la información gracias a tu presencia en Internet.

Como dije al principio, esta no es más que mi opinión personal, y es probable que otra persona en mis mismas circunstancias diga justo lo contrario, pero sea como fuere, ojalá te ayude algo. Siento que me haya salido un artículo tan largo, pero me parece que el tema lo requería. El próximo post del blog complementará este artículo, ya que explicaré cuáles son los factores que me hacen no tomar en consideración un currículum determinado.

Me encantaría ver tus comentarios sobre este tema.