Cómo hacer crecer el CV del traductor novel
No quiero terminar esta trilogía dedicada los currículum vitae de los traductores sin dar un último consejo a los más noveles.
Más de uno me habéis dicho que el mayor problema que os encontráis, más que el continente del CV, es el propio contenido que es, al fin y al cabo, lo realmente importante del currículum. Como es lógico, y como nos ha ocurrido a la gran mayoría, recién terminada la carrera no tienes todavía mucho que poner en cuanto a experiencia: estás comenzando a desarrollar tu carrera profesional, y tu experiencia profesional es mínima si no nula. Quizás de lo único que puedas “presumir” en tu CV es de los proyectos y prácticas que hayas realizado en la carrera. Estás seguro de tu valía, tus capacidades y tu profesionalidad, pero el CV es demasiado simple y piensas (y posiblemente con razón) que con ese currículum los que debemos contratar tus servicios no te daremos la posibilidad de demostrar todo lo que vales.
Para evitar esto en la medida de lo posible, te aconsejo dos acciones que pueden darte buen resultado:
1.- Intenta traducir para organizaciones benéficas y ONG. Ya lo sé, eso de trabajar gratis no es tu principal objetivo profesional, pero haciendo esto vas a poder alcanzar un triple objetivo:
- Tendrás la posibilidad de incluir en tu CV trabajos y proyectos reales y, muchas veces, “tangibles” (de los que puedes enseñar porque están publicados).
- Vas a ganar en experiencia, realizando proyectos 100% reales.
- Vas a realizar una buena obra de las que no dan beneficio económico directo, pero sí beneficio personal y humano.
- Y por último, si quedan contentos contigo, podrás obtener alguna recomendación que te vendrá muy bien.
2.- Ofrécete a empresas de traducción, a agencias, casi gratis. Explica que acabas de terminar la carrera y que te es difícil demostrar tu valía a través del CV, pero que estás seguro de tus capacidades, por lo que te ofreces a trabajar en algún proyecto o durante un periodo de tiempo, con unas tarifas mínimas.
No te ofrezcas totalmente gratis, exige una remuneración aunque sea pequeña, y niégate si alguien te ofreciera la posibilidad de “hacer prácticas” sin cobrar nada; primero porque siempre hay que cobrar por trabajar aunque sea poco, segundo porque no darías demasiada buena imagen ofreciéndote a trabajar gratis, y tercero, porque hace ya muchos años que se abolió la esclavitud en nuestra sociedad. Explica que esas tarifas no serán, ni mucho menos, las que aplicas o aplicarás a tus clientes, pero que quieres crecer en experiencia y en CV, así como demostrar tus capacidades, y que esta es una buena forma de hacerlo. Pon unos límites de volumen de palabras o de tiempo que sea suficiente (no digas 2000 palabras o un solo día, porque a eso se le llama prueba de traducción y ya se inventó hace mucho tiempo). Quizás un mes, un trimestre, o un proyecto más o menos grande, puede ser suficiente.
Explica también que lo único que pides, además de esa “tarifa pequeñita”, será la autorización para incluir ese proyecto en el CV (quizás por motivos de confidencialidad no puedas poner demasiados detalles), y si terminan contentos contigo (algo que, por supuesto, nadie pone en duda), que te den una carta de recomendación y escriban otra en Linkedin.
Como ves, en realidad se trata de llevar al mundo del traductor autónomo las conocidas prácticas de becario que suelen hacerse en muchas empresas. Si consigues llevar a cabo este segundo paso y que queden satisfechos con tu trabajo, habrás conseguido cinco logros que pueden ser importantísimos para tu futuro desarrollo profesional:
- Has ganado en experiencia y ha sido una de las primeras veces, si no la primera, que has trabajado “en el mundo real”.
- Tienes algo importante y real que poner en el CV.
- Tienes recomendaciones en carta y en Linkedin de un cliente real.
- Has facturado algo, por poco que sea, que siempre viene bien….
…y, quizás lo más importante…
- Si ha quedado contento contigo, habrás conseguido un cliente, a lo mejor tu primer cliente, que volverá a contar contigo en futuros proyectos, y ya con tu tarifa habitual.
Esto son solamente dos opciones que tienes, pero hay muchas más, por supuesto.
Como siempre digo en este blog, todo lo anterior no es más que una opinión personal, basada en la experiencia, pero opinión personal al fin y al cabo, con todo el riesgo que esto conlleva, y siempre desde el punto de vista de alguien que está en el lado de aquellos que contratan traductores y revisores.
Ojalá te sirva de algo y si te ha parecido interesante o tienes otras ideas, puedes compartirlas a través de los comentarios de esta entrada.
¡Hola, Ignacio!
El síndrome del CV lo he vivido de cerca y es bastante espantoso pensar que aunque tengas todas las ganas del mundo no tienes mucha experiencia que poner. En mi caso particular, las prácticas que he hecho (Asetrad y ONUSIDA) son, en mi opinión, un muy buen punto de partida y todos los compañeros de mi promoción que han hecho prácticas seguramente hayan decidido incluir las suyas, ya que nombres como ONU, Guardia Civil o ACNUR llaman la atención en el CV de un primerizo.
Discrepo, sin embargo, del punto 2, el de ofrecerse “casi gratis”. Creo que después de cuatro años (o más) de formación, salir ofreciéndose a un precio menor al que te ofrecerías como profesional es admitir que eres inferior a otros que cobrarán justamente. La falta de experiencia más allá de las experiencias es un obstáculo que se soluciona trabajando, y yo soy partidaria de mandar CV hasta que te cojan, pero siempre con la tarifa que tú elijas (o en plantilla, donde tu tarifa no importa porque se trata de X sueldo al mes).
El supuesto de la falta de experiencia está contemplado en los contratos de prácticas o siendo becario. Para eso está ese “escalón” intermedio, y rebajarse aún más me parece un auténtico error. Ya opinaba así antes de que los propios profesores de la carrera insistieran en que salgamos de la universidad con la cabeza bien alta y exigiendo lo que creemos que debemos cobrar, siendo coherentes pero nunca tirándonos por tierra. Además, tu método no creo que funcionara porque, en el momento que dijeras “bueno, ahora ya sí voy a cobrar normal”, te dirían que puerta (les habrás venido genial mientras cobrabas la mitad que el resto, pero si de repente quieres subir varios céntimos, será casi imposible).
Como la tuya, es solo una opinión :)
Saludos
Muchas gracias por tu comentario, Merche, es muy interesante y, además, tienes mucha razón.
Antes de nada, tengo que reconocer que mi expresión “casi gratis” ha sido muy desafortunada. Estoy 100% de acuerdo que hay que salir de la Universidad con la cabeza bien alta, porque reconozco que salís muy preparados. El poder poner ese tipo de prácticas es también importante y llamativo (estuve leyendo las entradas sobre tus prácticas en tu blog y me parecieron más que interesantes).
En realidad yo estaba hablando más bien de la gente que le cuesta encontrar trabajo y que se da cuenta que su CV no dice demasiado porque no hay mucho que poner. El día que publiqué mi anterior entrada recibí un mail en el que me decían, entre otras cosas, esto: “(…) y me encuentro desesperada ante la situación. Mando CV para trabajar como traductora, (…), y directamente se me rechaza, sin haber abierto la boca, y sin que la empresa sepa nada de mí, y me siento como una gran inútil”.
No puedo poner más detalles porque el mensaje era privado, pero cuando escribí esta última entrada pensaba un poco en gente como la que me escribió esto último.
Por otro lado, en cualquier profesión y en cualquier trabajo, cuando se empieza a trabajar se cobra menos que después de un tiempo. En cualquier trabajo en plantilla que encuentre un recién licenciado de cualquier carrera, el sueldo será inferior que el del resto de empleados, y poco a poco irá teniendo sus correspondientes aumentos hasta llegar al salario normal de la plantilla. Pues yo creo que un traductor autónomo debería hacer algo parecido, y que al principio tus tarifas deberían ser inferiores que cuando ya tengas cierta experiencia. A igualdad de tarifas, lo normal es seleccionar al que tiene mejor CV y más experiencia, por lo que una manera de entrar al mercado laboral puede ser ofreciendo unas tarifas inferiores.
Por otro lado, lo lógico es que se dedique más tiempo de revisión a las traducciones de alguien que está empezando, que a las de alguien experto, por lo que la empresa debe compensar de alguna manera ese gasto mayor en revisiones.
Ahora te hago una pregunta: imagínate que quieres trabajar en plantilla (de lo que sea, olvídate de que eres traductora). Mandas y mandas currículum y no te llama nadie. Te enteras de que puedes trabajar en una empresa haciendo prácticas pero cobrándolas (con un salario inferior a los que ya están contratados, claro). ¿Lo cogerías? Es el mismo planteamiento que intentaba hacer yo en mi entrada del blog.
Y ya para terminar, dices que “mi método” no funcionaría porque cuando dijeras “ahora voy a cobrar lo normal” te darían puerta. Bueno, aquí estamos entrando ya en el tema de la moral y la ética del que contrata. Si has acordado que ese precio sería solamente durante un proyecto o un tiempo, y luego “te dan puerta”, es que te topaste con una muy mala persona… y casi mejor no tener mucha relación profesional con él/ella.
El hecho de que empleen más tiempo en revisarte, en explicarte, en formarte, etc. está contemplado en el tipo de contrato pensado para eso: el de prácticas (o así lo entiendo yo). Y, por supuesto, aceptaría ese contrato (de hecho, así voy a empezar en unos días) :-)
Uds.tiene muy bien aprendida la lección de Leonbridge sobre cómo rebajar los honorarios profesionales a sus proveedores de servicios traducción. Creo que ya hubo un par de traductores de reconocido prestigio, uno de ellos lamentablemente ya fallecido, que ya contestaron al gerente de Lionbridge con meridiana claridad y en su idioma sobre lo que opinaban de este tipo de actuaciones.
Es evidente que ofrecerse «casi gratis» a las agencias de traducción es pura y simplemente una memez, ya que luego resulta practicqamente imposible subirlos a niveles razonables, y que solo favorece a las «agencias», que no a las «empresas de traducción». Un traductor novel puede ser igual de bueno, o de malo, que quien lleva muchos años en este mundillo, pero que no se ha esforzado en mejorar. Y, por lo tanto, si un traductor novel es capaz de proporcionar un trabajo de igual calidad o mejor y que Uds. van a cobrar como bueno al cliente, se merece una retribución digna como cualquier hijo de vecino. Todo lo demás es pura demagogia.
Por otra parte, los traductores independientes somos empresarios «autónomos» y, en consecuencia, no tenemos por qué enviar ni hacer ningún CV. No estamos buscando un empleo. Estamos ofreciendo nuestros servicios y existen clientes más allá de las agencias de traducción. El envío de una oferta de servicios, junto con algunas referencias, debería ser suficiente.
Estimado Pablo.
Creo que el tono que has utilizado en tu comentario, así como algunos términos del tipo “memez” no son los apropiados. El debate y la discusión son buenos y parte del objetivo de este blog: el insulto o la falta de respeto, no.
Por otro lado, no sé a cuento de qué vienen tus comentarios sobre Lionbridge; yo tengo mi opinión personal sobre Lionbridge, pero no me verás nunca, desde este blog, criticar a la competencia. Eso sí, debes saber que, para bien o para mal, nuestra política respecto a nuestros traductores y revisores, es diametralmente opuesta a la política que suele poner en práctica Lionbridge.
Hablas de que sabemos cómo rebajar los honorarios de nuestros proveedores. Creo que te equivocas y que lo dejé claro en este texto que escribí en la entrada en la que hablaba sobre el CV del traductor(http://traduccionyempresa.com/el-curriculum-del-traductor/): “De todas formas, y pese a poner las tarifas, probablemente te encuentres más de una llamada intentando negociarlas a la baja . Eso ya depende un poco de cada empresa: yo no negocio nunca las tarifas, mi respeto al traductor es máximo, y creo que cada uno pone las tarifas que considera que son las justas para él mismo: y yo no soy nadie para decirte lo que debes cobrar. Salvo con traductores con los que tenemos una relación de mucho tiempo y en momentos y proyectos muy concretos, no intento rebajar tarifas, ni pedir descuentos, ni nada similar; esto no es el Rastro, es una relación comercial al más alto nivel… “
Como diría el otro, creo que el texto anterior es “meridianamente claro”. Incluso podría darte algún ejemplo de una compañera tuya, proveedora nuestra, a la que le dije que pusiera unas tarifas más altas de las que pensaba ofertarnos, precisamente porque la conocía y sabía de su calidad, experiencia, y profesionalidad.
Estoy completamente de acuerdo contigo en que un traductor novel puede ser mucho mejor que uno veterano, pero en estas entradas no estaba hablando de la calidad de los traductores, sino de la forma en que los traductores noveles tienen que demostrar a sus posibles clientes lo buenos que son, especialmente cuando aún no tienen suficientes recomendaciones, referencias ni trabajos que mostrar.
Y por último, respecto a lo que comentas sobre que los traductores autónomos no tenéis que hacer ningún CV, puede que tengas razón, pero el hecho es que es la manera más habitual de darte a conocer a una empresa y, de hecho, tú ofreces tu propio CV en Proz “bajo petición”.
Un saludo.
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